Spotify, la nueva revolución de la música en Internet

Durante estos días uno no hace más que ver en Internet referencias al nuevo killer service, venerado por la blogosfera y los early adopters (frikis para los profanos), Spotify, o como dar un vuelco al negocio de la música en Internet por la patilla.

Y es que el temita promete. El otro día conseguí una invitación (ahora mismo está en beta semi-pública) sin saber qué leches iba a probar, y sin ser usuario de servicios tipo last.fm, pandora, etc… vamos, yo soy de los del género vago, de abrir la radio online a las 9:00 y no cerrarla hasta las 19:00. Pero es que ésto está tan bien hecho, es tan sencillo, tan fluido, que crea adicción, incluso en analfabetos musicales de mi calaña. Primer logro.

El servicio va de: A. Registrarse B. Instalarse su aplicación C. ¡Música! (it’s easy as 1,2,3!). La herramienta es una maravilla, un iTunes fibrado y ligero, diseño minimalista y usabilidad cuidada. Cualquier camino dentro de la aplicación termina siempre en escuchar música. Haces click en el nombre de un artista, vas a su ficha, ves toda su discografía, clickeas el track 9 del CD2 de su disco de hace 7 años y lo escuchas. TODA canción que aparezca en la aplicación simplemente haces click y la escuchas. Música gratis bajo demanda.

La aplicación de escritorio de Spotify

No voy a analizar sus pros y contras, para eso ya sabéis que hay otras webs temáticas, sólo comentar lo que me siguen sorprendiendo algunos modelos de negocio en Internet. En algo como la música, con unos proveedores que odian y desprecian al medio, y unos márgenes pírricos (creo recordar que si en iTunes una canción costaba 0.99 €, las majors se llevaban 0.70 €), no me parece muy sostenible la apuesta de Spotify, con un modelo freebie totalmente funcional (si el modelo premium lo único que me ofrece es que no me salgan ads sonoros, poco van a sacar por ahí), unos ingresos por publicidad tipo radio (¿éso lo sigue contratando alguien?) y un coste asociado al ancho de banda de servir las canciones (aunque utilicen un modelo híbrido P2P). Tal vez sea lo que se comenta por ahí, que es un torpedo con el que la industria discográfica (¿tal vez hayan aceptado menos trozo de la tarta por el compromiso de los responsables del proyecto de que algo va a cambiar?) quiere atacar a la línea de flotación de la piratería musical: “Tú, alma triste, si te pongo un programita con el puedes escuchar cualquier canción como si la tuvieras descargada ¿pa que leches quieres seguir dándole al emule?

Y bueno, no tendrán la parte social muy desarrollada, pero en Twitter por ejemplo no paran ya de llover los enlaces para escuchar canciones. Comparto un temazo: http://open.spotify.com/track/40ThmAgDduNcjwkypLe0Dj

Por cierto, tengo unas cuantas invitaciones para probar Spotify, aunque no se si es una puerta trasera dejada abierta disimuladamente aposta o están en la parra, pero por ahora te puedes registrar sin invitación aquí. ACTUALIZACIÓN: parece ser que dicha puerta ha sido cerrada, de todas formas yo sigo teniendo unas cuantas invitaciones, si lo necesitas escribe un comentario.

su vídeo promocional